Como podéis ver, somos dos integrantes en el blog, y ya conocéis la experiencia en una de nuestras prácticas, en la planta de pediatría; pues vamos a conocer la otra planta en la comenzó nuestra aventura en esta preciosa profesión.
Mis prácticas fueron en la 5ª planta del Hospital Virgen de la Vega, planta de especialidades en la que se trata a pacientes de trauma, de otorrino, de oftalamlogía, y de cirugía maxilofacial.
¡Que decir! Después de llegar el primer día y sentirme más perdida que si estuviera en la mitad del océano, poco a poco fui conociendo la planta, los métodos, los horarios, etc. y lo más importante, fui obteniendo la suficiente confianza para dejar de ser la sombra de las enfermeras, y ser una mano más, que sirve, que ayuda, que agiliza la labor, que apoya al enfermo, que aprende día a día.
Y si, como estoy segura que nos ha pasado a todos los estudiantes en prácticas, desde el primer día, lo primero que oí fue: ¿te importa ir tomando las constantes, en lo que yo preparo la medicación? y como fiel novata, con ganas de aprender, con entusiasmo, con afán de servicio y con miedo a meter la pata, mostrando la imborrable sonrisa contesté: ¡por supuesto, encantada de hacerlo!
Pero además de los tópicos de que a los novatos los primeros días nos utilizan para la toma de constantes, me he encontrado con la ya prevenida situación de ver en la cara de los pacientes el nerviosismo ante la actuación de los estudiantes sobre su propio cuerpo, el miedo a la falta de experiencia, pero finalmente, la buena intención de confiar en nosotros y permitirnos practicar, para en un futuro poder ser los profesionales que pudieran necesitar.
P.D.: no puedo olvidarme de contaros una anécdota que en general ningún estudiante espera pasar.
Estando un día en la sala de medicación, oí que desde el control alguien nos llamaba, y saliendo a ver que ocurría me encontré con dos policías, ¡ya os podéis imaginar mi cara de asombro!, estaban preguntando por el quirófano, ya que venían a sustituir a dos compañeros que se encontraban en el interior supervisando la operación de un preso, y yo inundada por los nervios tuve que preguntarle a las enfermeras porque no sabía donde estaba el quirófano.
Pero a pesar de los difíciles obstáculos, los nervios, la falta de experiencia, y todas las contrariedades, nunca olvidaré mis primeras prácticas, ni la cara del primer paciente a quién atendí.
No dejéis de visitarnos, y de esperar nuevos relatos, un saludo!!
Me encanta vuestra publicación y el empeño que mostrais en este blog sobre las prácticas, se necesita gente como vosotras con ese entusiasmo y ganas de trabajar, seguir escribiendo que me encanta leeros!!
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